¿SERÁ ÉL UN DIOS DEL SEXO? (O qué esperamos las mujeres de un hombre en la cama...)

Colaboración de una Siempre Lista ;) (que no es Naty)

Primero que todo y tal vez un poco obvio, aclarar que no todas esperamos lo mismo. Ni que todas contamos con la misma experiencia o historial sexual como para poder definir con exactitud qué es lo que queremos o qué otra cosa nos gustaría aparte de lo que ya conocemos.

De hecho poco a poco vamos descubriendo qué nos da placer y con el tiempo podemos ir experimentando cosas nuevas con nuestra pareja, para encontrar algo que tal vez no habíamos hecho y no sabíamos que nos podría gustar. (Pienso que lo mismo aplica para ellos)

En realidad no es que tengamos en mente un tipo de mae "ideal" en la cama. Que nos lo hayamos fabricado a base de películas o de leer la Cosmopolitan, o ver Sex and the City ni nada por el estilo. Eso es más bien algo que uno tiene la dicha de "encontrarse". Alguien que sencillamente hace "click" con uno en ese aspecto. Como me pasa ahora.

Creo que a la mayoría de personas nos gusta (y a la vez nos asusta) ese factor sorpresa, de averiguar cómo funcionaremos en materia de sexo con alguien. Con mucha o sin ninguna experiencia anterior. Seamos hombres o mujeres.

Sin embargo hay ciertos aspectos básicos que ya sea por experiencia propia o por cnnversaciones con terceros, uno espera que pasen, opiniones muy desde la acera femenina. En lo personal, esto es lo que yo esperaría.

Lo básico

Que haya quimica. Mejor dicho, uno no llega a tener sexo con un mae si no existe cierta química previa (y tontas las que sí). Y luego, uno quisiera que esa química continuara en la cama, aunque pasa que a veces se quita junto con la ropa... (#fail) La química incluye esa capacidad de leernos, casi de adivinar qué nos gusta y qué no tanto y de poder entender a la otra persona. Es como una comunicación no verbal que involucra gestos, sonidos, aromas, pensamientos, deseos, tiempos y ritmos...

Que sea un caballero. Que aplique el "primero las damas". Asegurarse de que tengamos un orgasmo antes que el, es algo cortés y nos demuestra su atención hacia nosotras... Que sepa esperar un poquito, que no nos fuerce a hacer cosas que no queremos o en un momento no indicado. Cortesía nuevamente.

Hacerlo con una "persona". Todas queremos un Homo Sapiens, no un Cromagnon en la cama y aunque a veces el sexo animalesco es rico, uno quiere hacer el amor con la mente, no solo instintivamente. El cerebro es el órgano más excitable a mi parecer y también nos gustan los orgasmos "intelectuales".

Variedad. No siempre nos gusta rápido, no siempre nos gusta lento. Aunque hay algunas cosas que desearíamos que nos hicieran ¡a todas horas!. Nos gusta dar sexo oral y que nos lo den. Nos gusta por lo general empezar con caricias suaves y luego más intensas. Pero todo depende del día, de la hora, de la energía que llevemos. A mi en lo personal me gusta probar texturas, temperaturas y sabores. (Lo acepto, me gustan los embarrijos) Y me gustaría untarme cuanto aceite para masaje exista, cosa que aunque parezca raro, no he hecho aun. Me excitan las caricias por todo el cuerpo. Y uno esperaría que el mae fuera consciente que uno no es solo un aparato reproductor femenino y unas tetas, sino todo un conjunto.

¡Fuera medias por favor! Al menos para mí, eso es algo un poco impersonal. No sé por qué, pero me parecen un desmatiz total los maes que se dejan las medias para hacer el amor (doble puntaje -negativo- si son negras) Me da la idea que están ocultando algo, como que ponen una barrera. Y a decir verdad, los pies me gustan, son una parte muy sexy y sensible del cuerpo.

Lo que no

Mito#1: Tiene que tenerla de veinte centímetros o más. Y que entre más grande mejor... ¡Cero! El tamaño importa. Sí. igual que la forma y la textura y el olor y el sabor...

Es una cuestión de anatomía y de compatibilidad: "lo único determinante para una relación satisfactoria es exclusivamente la armonía que existe entre el pene y la longitud de la vagina" no lo digo yo, lo dicen los expertos.

La distancia desde la entrada de la vagina hasta el útero mide en promedio de unos 9 a 14 centímetros (uno o dos más cuando se excita); por lo que un pene exageradamente grande lo que hace es lastimar e impedir el roce de los testículos y la base, con la vulva, que a fin de cuentas es lo que produce más placer; ya que está comprobado que la zona "excitable" de la vagina está en el tercio externo de la misma. (Es decir que para satisfacernos bastaría con un pene de 5 cm!!)

Mito#2

El tiene que durar y durar y no cansarse. ¿Y uno que? También se cansa... Es cierto que es un poco singracia que el mae se venga con un foreplay mínimo (sobre todo si no ha aplicado la caballerosidad previamente). Además que está notablemente esparcida la idea de que cuando el hombre se viene es el fin de la función, se durmió y ya. ¡Ceeero! También es muy cierto que una de las cosas que másdisfrutamos es verlos tener un orgasmo. Uno dice para sí misma:" Yo provoqué ese incendio". Y si él es de los que pueden tener varios "rounds" en una noche (tarde o día) entonces no hay problema! ¿Seguimos? ¡sí! ¿Paramos? ¡no!

Ese Dios del Sexo, que sabemos que existe pero que no tenemos idea de cómo es, puede aparecer cuando menos lo imaginamos. Es de carne y hueso, piensa y actúa. Es alguien que llega a satisfacernos de una forma completa, única y especial. Todas esperamos hacerlo en algún momento con alguien que nos aprecie de verdad. Que nos quiera. Y es ahí donde realmente sentimos la diferencia. Nos conectamos.

Ahora bien, cuando uno logra llenar estas expectativas e incluso las supera de una forma que hasta nos asombra, como convencer al mae de que el "hallazgo" de verdad ha sido algo excepcional: 1. Sin que se crea. 2.Sin que no nos lo crea.

Es difícil poder decir qué más podríamos desear, cuando en realidad nos encontramos frente a un Dios del Sexo: Alguien que no solo nos da placer y no sólo busca placer, esa persona con la que nos complementamos tan bien, que nos pone a flotar, verdaderamente disfrutamos y nos damos cuenta que exiten muchas cosas más allá que sobrepasan el simple hecho de compartir una cama o tener un orgasmo.