sábado, 19 de septiembre de 2009

Lobas

Últimamente he notado que existe una tendencia en algunos hombres de pensar que las mujeres:

- Siempre queremos algo serio o por lo menos "algo".
- Nos ilusionamos rápidamente y por cualquier tonterita.
- Si somos cariñosas o tiernas o dulces y mostramos interés por la vida del otro, es porque estamos pepiadas.

Me explico: sé que existe una parte del sector femenino que efectivamente puede ser así, no sé en qué porcentaje, pero en definitiva son sólo una parte del todo. Hay muchas otras viejas que no quieren relaciones serias ni nada que se les parezca, y en los hombres buscan simplemente compañía para pasar un buen rato.

Eso no quiere decir que este tipo de mujeres sean frías y calculadoras. De hecho pueden ser tiernas y dulces igual que las enamoradizas o enamoradas. Una cosa no excluye a la otra. Simplemente son mujeres lo suficientemente seguras de sí mismas como para expresar sus sus emociones, y al hablar de emociones permítome recordar que el amor no es la única emoción en el mundo.

Estas nenas son chicas capaces de pasar un rato de besos, abrazos y hasta sexo y luego recoger sus cosas e irse para la casa tranquilas y sin rollos. Puede que pasen pensando en la vara unos cuantos días, sobre todo si el asunto fue memorable por uno u otro aspecto, pero saben distinguir perfectamente entre eso y el amor verdadero.

De igual manera, son capaces de mostrar interés por el otro sin que esto implique que está involucrada sentimentalmente de "esa manera". Le contestará sus mensajes, le dirá algún apelativo cariñoso y hasta le pondrá carilla chineada a veces, pero eso no significará nada más allá. Respire tranquilo, disfrute el momento y por lo que más quiera, tenga paz.

A este tipo de mujer no le importan las etiquetas ni tampoco lo que la gente vaya a pensar de ella. No le importa que le digan fácil por levantarse a un mae que recién conoció. No tiene pelos en la lengua para admitir que como muchos otros seres vivos, necesita tener sexo y que para ello busca el macho que más le interese o que más tenga a su alcance para esos fines en ese momento y ya. Y lo más importante: de ser necesario, es capaz de poner las cartas sobre la mesa para establecerle al joven o jóvenes en cuestión cómo está la vara, para después no caer en ese jueguito que tantas veces le criticamos a los hombres.

Entonces muchachos, previo a hacer cualquier juicio de valor, estén concientes de que no todas las mujeres son una abeja en busca de su panal. Muchas pueden tener muchos panales y son felices así. Y sobre todo: no se enamorará por darle un beso o pasar una noche con usted. Téngalo por seguro.